LA CULTURA Y LA NATURALEZA.
A lo largo del tiempo, la relación del hombre y la naturaleza, no ha tenido cambios significativos en su fundamento. El hombre desde que descubrió su capacidad de transformar su entorno a capricho, le ha permitido evadir las leyes naturales de modo tal que los diferentes ecosistemas se han venido homogenizando en sus componentes y procesos de acuerdo a los patrones de desarrollo que los mercados definen.
Incluso, leyes universales como la selección natural y la subsistencia del más apto; se han visto evadidas por nuestra especie. Logrando con este escape acumular una población mundial superior a los 7 mil millones de habitantes, todos ellos demandando recursos y bienes que definen el esquema de DESARROLLO ACTUAL. El cual fue acuñado y difundido durante la revolución industrial, por las estructuras económicas, como la forma de vida más adecuada para nuestra especie.
Y esta, búsqueda continua de calidad de vida; es la que justifica, la comercialización e industrialización selectiva de algunos de los elementos y procesos naturales. Siendo desde entonces conceptualizado el entorno como un reservorio de recursos, para el bien del hombre. Mas esta visión parcial, a eliminado a lo largo de la historia, otras formas de ver, gestionar y relacionarse con el entorno inmediato; que son más equitativas para el entorno, donde sus ciclos de autoregulación y sus elementos deben ser respetados, como una estrategia de permanencia tanto de los ecosistemas como de los organismos que son parte de estos. Siendo la especie humana la más frágil de todas, debido a que dependemos de la naturaleza no solo a nivel físico, sino también social y afectivo.
Muchas de estas culturas, se han visto desechadas y olvidadas con el argumento de que obstaculizan el progreso dominante. Pero, ahora que el esquema de unificación de los mercados y la de homogenización de los recursos nos ha llevado a grandes catástrofes ambientales como; la extinción masiva de especias, la proliferación de plagas, el desarrollo de nuevas enfermedades incluso de escala global, la pérdida de productividad en los mares y las tierras e incluso el cambio del esquema de lluvias y patrones de temperatura, nos obliga a reincorporar a esta inercia del DESARROLLO ACTUAL;, el conocimiento y manejo que de la naturaleza proponen las diferentes filosofías que pueblos y comunidades han desarrollado alternativamente.
Definir claramente los aportes que estos conocimientos nos brindan, es el trabajo de disciplinas académicas y sociales como son: La ecología, la gestión ambiental, la conservación de recursos, la Antropología Simbólica y la Etnografía, por parte de la ciencia, en tanto que en las área sociales se encuentra la educación Participativa, el desarrollo de la Ecología Emocional, el Ecoturismo, y la Protección Civil; siendo finalmente en los rubros económicos los mercados verdes, las tecnologías alternativas y la eficiencia energética algunos de los campos diseñados para gestionar una nueva relación con la naturaleza.
Y es con todos estos conocimientos que se ha definido una CULTURA AMBIENTAL más acorde con los tiempos actuales. La cual se, construye de acuerdo a los siguientes principios para relacionarnos y gestionar a la naturaleza para alcanzar un DESARROLLO SOSTENIBLE:
1. Todos los recursos son finitos.
2. Los procesos que controlan la productividad, cuentan con estrechas y complejas relaciones entre sus componentes.
3. La biodiversidad de cada ambiente, es esencial para la eficiencia del conjunto.
4. Los principios de aprovechamiento energético que la población necesita para su subsistencia, debe contemplar que el entorno natural requiere la realización completa de sus procesos dinámicos.
Con estos principios el desarrollo sustentable, brinda una visión universal donde el respeto y reconocimiento a la vida se extiende tanto a los elementos naturales, culturales y humanos; conllevándonos a construir una formación ambiental integradora, permanente, dinámica y práctica.